Florencia, cuna del síndrome Stendhal

Dicen que mientras Stendhal visitaba la iglesia de Santa Croce se sintió aturdido, con palpitaciones, vértigo, angustia y una sensación de ahogo que lo obligó a salir a tomar aire. Los doctores que lo revisaron solamente pudieron diagnosticarle “sobredosis de belleza”, lo que desde entonces se conoce como síndrome Stendhal.

Y es que el escritor había descubierto un mal que aqueja a todos aquellos viajeros que visitan cada año sus rincones, sus plazas, sus iglesias... Florencia es tan hermosa que aturde los sentidos.
Existen numerosas alternativas para visitar la capital de la Toscana. Se puede realizar un recorrido artístico (con Dante Alighieri, Boticelli, Miguel Ángel o Leonardo), uno político (representado principalmente en Maquiavelo y Lorenzo de Médici), uno religioso (mediante la visita a sus innumerables iglesias) o uno histórico, con la visita a las muchas señales que la coronan como cuna del Renacimiento.

El visitante que llega por primera vez a Florencia se siente atraído inmediatamente por la Piazza del Duomo, quizá atraído por la visión de la cúpula diseñada por Filipo Brunelleschi, y que domina el paisaje.

El Duomo o catedral de Santa María del Fiore, la iglesia más grande de la ciudad, se alza en medio de calles estrechas y apretadas. Destacan su interior, de estilo gótico, junto con sus célebres puertas y el techo del baptisterio, cubierto de coloridos mosaicos del siglo XIII que representan el Juicio Final.

A pocos metros, sobre Vía delle Studio, la vidriera de la tienda Pegna invita a entrar y quedarse, con su tentación de aceites, vinos y quesos. Luego, caminando unas calles, se llega hasta la casa de Dante, un museo dedicado a la vida y obra del artista, y al Bargello, la antigua prisión, donde hoy se exponen obras de Donatello y Miguel Ángel, entre otros.

Para comprobar que lo que se ha escrito sobre el síndrome de Stendhal es cierto, hay que visitar la iglesia de Santa Croce, magnífico templo franciscano que alberga la vida y la muerte, las tumbas de florentinos célebres como Galileo y Miguel Ángel, entre otros, y la pureza y luminosidad de los frescos de Giotto y sus discípulos.

Presidiendo la plaza, el Palazzo Vechio, na magnífica construcción de 1300 convertido hoy en el Ayuntamiento de Florencia. Cerca otro palacio, el de los Uffizi, que expone los tesoros de la familia Medici.

Hacia el oeste se levanta la iglesia gótica de Santa María Novella, considerada, junto Santa Croce y el Duomo, un símbolo sagrado del orgullo florentino.

Y hacia el norte, el convento de San Marco y la Piazza de San Marco, llena de estudiantes de Bellas Artes y turistas que esperan para entrar a la célebre galería, en la que está expuesto el David de Miguel Ángel.